Aquellos maravillosos años de la vivienda

25.04.2011 10:49

 La alta demanda de viviendas durante los años del boom inmobiliario convirtió la construcción en un trabajo, un negocio y un modelo de crecimiento económico para todo un país. Poseer una vivienda significaba una inversión segura, rentable y con futuro. Pero mejor aún era aprovechar los ahorros comprando cuantas más mejor para después vender alquilar o vender por un precio más alto. Todo lo relacionado con el ladrillo era una fuente inagotable de dinero.

La vorágine constructora -se llegaron a edificar hasta 800.000 viviendas por año- respondía a una necesidad de compra que parecía no tener fin. Pero estalló la crisis y se desplomó lo que resultó ser un castillo de naipes. La actividad constructora se paralizó ante la brusca caída de la demanda y muchas empresas tuvieron que echar el cierre con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo. Las viviendas construidas apenas superan ahora las 200.000.